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Caput II

Pido disculpas a aquellos que estuvieron ayer a la espera de la presentación de la segunda jornada de psicopostmodernidad, pero no se pudo realizar, así que hoy no se publicará la tercera sino la segunda parte del cuento. Sin más retrasos paso a transcribir.

Luego de tantos sueños letárgicos, el Conejo supo extrapolar la duda y cuantificó el libro de artes y ciencias mágicas.
Las dos primeras filas eran de colores, la tercera tenía formato. Sin embargo aún la manzana no había llegado.
- Si supiera la mente hacer agujeros matemáticos, la muestra probabilística demostraría que el 80% estaba incorrecto - pensó el conejo desde su jaula mientras veía a la montaña escapar por aire.
Siete vidas surgieron y siete vidas no surgieron, pero si siete vidas pasaron y es lo que nos importa, el Gato ya había muerto. Aún su hedor abundaba en la antigua casa del Niño Ingrande. Sus padres habían salido a ver el ocaso de occidente, justo en ese momento oriente se asomaba por el otro lado del sol... los planetas estaban alineados por fin.
El Mago apareció debajo de la escalera, subióla y dijo:
- Paren la banda, paren la banda-
Se acercó un anciano y le preguntó: - ¿Tiene un minuto para un viejo?- El Mago estaba por responderle cuando el Conejo apareció y dijo: - No, no tiene tiempo, nos vamos al juicio - y desaparecieron entre la niebla del sótano

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