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Memorias: Mis vacaciones en el sur

Esto más que nada es para mí, si quieren leerlo son libres de, pero es una especie de tradición en mi escribir mis vacaciones. Es un poco tarde pero recién ahora conseguí las fotos.
Luego de mi viaje por el norte del país, regresé a Buenos Ayres a prepararme para mi reunión en Ginebra con varios presidentes para recibir un premio por mi aporte a la humanidad y un doctorado honoris causa. Desafortunadamente me equivoqué de avión y terminé en Bariloche donde casualmente estaban un par de amigos y unos amigos de amigos.
Al bajar del avión, lo primero que noté fue el notable descenso de temperatura, pero no le dí mucha importancia. Al rato, charlando con los muchachos me informaron que la noche anterior habían dormido con 4 grados bajo cero. Ahí empecé a preocuparme, debería haberme ocupado de conseguir una bolsa de dormir, no tenía más que un colchón inflable y una sábana. Al parecer en el camping tampoco había luz, y no iba inflar ese colchón a pulmón. Esa noche dormí en el auto.
Al día siguiente desperté a las 8 de la mañana con frío y un lago al lado. Al parecer estuvo ahí todo el tiempo pero nadie me dijo nada.
Salí del auto y vi algo extraño en las carpas de mis compañeros. Aparentemente unos duendes visitaron el camping de noche e hicieron de las suyas. Mi tarea durante las siguientes dos horas se basó en romper las pelotas a los demás para que se levanten.

Nada como hacer un caminito con un arco en la carpa. Típico trabajo de duendes.

A veces los duendes rompen las pelotas y te ponen un tronco y ramas en la entrada de la carpa

Una vez cumplida mi misión, desayunamos y me sorprendí la cantidad de cosas que se habían traído. Yo me hubiese muerto a los dos días, estos chabones se trajeron desde mesa hasta azucarera.
Nos dirigimos al evento más importante de los mapuches: la fiesta nacional del Tuco. Dicha fiesta iba a ser celebrada en la cima de un cerro. Dicha cima esta a cuatro horas a pie.
Terminé con el pie roto, me sangraba de las ampollas que salieron. Al finalizar el día nos alimentamos con un guiso muy groso. Al fogón de la noche no le faltaron los tambores de todos los días que duraban hasta las cinco y media de la mañana.

Comer así en un camping ya no se si es camping.

Como la guitarra la habían pisado con el auto al segundo día, la tiraron al fuego. El tema era que mucha gente no sabía que estaba rota y andaban señalando a "los locos que quemaron una guitarra"

Nota aparte: es increíble como prende una guitarra, agarra al toque.

Yo también estaría tratando de locos a otros, especialmente en mi abstinencia de guitarra. No había guitarras en el camping, yo no lo podía creer. En fin, al día siguiente me desperté antes por la lluvia, metí mis cosas en el auto e insté a los demás para que hicieran lo mismo pero me sacaron cagando y me fui con las chicas a desayunar.
AL mediodía paró un poco y agarramos viaje a Villa Langostura. Nos clavamos una parrilla y nos separamos. Ahora eramos cinco, uno se tenía que volver por un juicio y el otro se iba a Punta del Este.
Tomamos el te con zumo de talco, un manjar entre los mapuches y dimos vueltas por el pueblito. Ya nos estábamos empezando a aburguesar. Pero se venía la noche y no había lugar donde dormir. Fuimos aun camping de la UBA, hacía frío y el clima no acompañanba. Mientras pensábamos en lo que se iba a sufrir de frío esa noche llega un mensaje de unas rosarinas ofreciéndonos reservarnos unas cabañas. Dilema: frío y barato en carpa o comodidad y caro en cabaña con ocho minas. Problem solved.
Todos a favor menos uno que quería seguir con el espíritu mochilero y blablabla.
Llegamos y nos dicen: "tienen cocina y baño, arriba hay otro baño y dos cuartos, el sauna y la pileta climatizada cierra a las once". Nos quedamos atónitos por el sauna y la pileta climatizada y salimos directo. estuvimos dos horas metidos. Volvimos, nos bañamos y descansamos. No volvimos a comer talco.

La conversión a burgués a finalizado.

Al día siguiente tocaba bosque de Arroyados, esta bueno el camino pero no dejan de ser árboles. Es una caminata de 6 horas para hacer en... todo el día... y volver en barco. Yo seguía con el pie roto.
Esa noche le caímos a la novia de uno y me quedé ahí una noche más hasta. El resto se volvió, yo me fui a lo de otro amigo donde me tomé mis días de descanso, anduve en bote y dormí en cama.
Antes de terminar, recomiendo volver con un amigo. Por suerte yo volví con uno en el avión y llegamos a Aeroparque a las 4 de la mañana. Cómo volvíamos era mi duda, "quedate tranquilo" y saco celular, llamó al chofer de la empresa y me dejó en casa. Piola.
Ahora, no se que hará en caso de que en su laburo vean que viajó un 18 de enero a las 4 de la mañana desde aeroparque... y es aquí donde finaliza el relato.
Al final nunca llamé a Ginebra para avisar que no llegaba y me mandaron todo por mail.

Comentarios

El anacoreta dijo…
uauu, q ganas de tener una vacaciones asi
sin guitarra se complica, aunque muero por romper una contra un arbol y despues quemarla, un ritual muy hendrix
el nuevo dijo…
No sabés como sufrí el no tener guitarra, pensá que en cada minuto libre que hay uno agarra la guitarra... yo no tenía nada.
jaja es verdad muy Hendrix
G dijo…
Buenas memorias!
Seh, muy loco quemar una guitarra...
Muy duro estar de camping sin guitarra!
Mucha paja re cagarse de frío todo el tiempo.
Slds!

captcha: predi

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